Municipio

Historia 
del
 Municipio

Situado en las cumbres occidentales de Gran Canaria a 1.270 metros de altitud, Artenara es el pueblo más alto de la isla, constituyendo una excelente plataforma desde donde contemplar hermosas panorámicas del Roque Nublo, el Bentayga y, en definitiva, de toda la Cuenca del Nublo.

Su topónimo es una voz de origen bereber cuya traducción más aceptada es “país escondido entre rocas”. Hasta la década de los años 30 del siglo XX apenas unas pocas casas se situaban junto a la actual Iglesia de San Matías mientras que la mayoría de la población vivía en casas-cueva situadas al borde de las abruptas laderas que forman parte de la caldera del Nublo.

La base de la economía de Artenara reside en la actividad agrícola. La papa, el millo y los frutales son los cultivos principales. El pastoreo pervive todavía como un complemento importante para su economía.

Entre las labores artesanas destacan la elaboración de escobas, los trabajos en lana, la alfarería y la obtención de aceite de almendra.

Las festividades locales son las dedicadas a San Matías, el 24 de febrero, a San Juan Bautista, el 24 de junio y la más tradicional y popular, la fiesta de la Virgen de la Cuevita que se celebra el último domingo de agosto.

La bandera de Artenara esta dividida en tres franjas verticales, separadas entre sí por líneas denticuladas: la más cercana al asta de color azul celeste intenso, la central de color blanco, con el escudo municipal en el centro, y la del batiente de color verde monte.

El azul representa al mar, el verde a los pinares que abundan en el municipio, y el blanco simboliza la pureza y es el color de la bandera de la Parroquia de San Matías.

El de Artenara es un escudo cortado y medio partido. Primero, de azur, una estrella de ocho puntas de oro; segundo, de oro, un pino en su color, terrazado de sinople; tercero, de plata, un gánigo en su color. Bordura de gules, con cinco estrellas de oro. Al timbre, corona real cerrada. Como soportes, dos cabras en su color, rampantes y afrontadas, con los cuernos y las pezuñas de oro y lampasadas de gules. Por debajo, una cinta de oro con la leyenda “Tradición, Fe, Naturaleza” en letras de sable.

La estrella de ocho puntas alude al hecho de que Artenara es el municipio más alto de Gran Canaria, así como a los valores de respeto y honor de sus habitantes, y su devoción a la Virgen de la Cuevita. El pino simboliza la riqueza forestal de municipio y el gánigo su tradición alfarera desde época prehispánica. Las cinco estrellas de la bordura representan a los cinco barrios o caseríos del término municipal, y las cabras aluden al posible significado del nombre del municipio como “lugar de cabras” en lengua aborigen, así como a la importancia de este ganado en la economía de Artenara durante toda su historia.

Aprobación: Orden Consejería de Presidencia y Relaciones Institucionales del Gobierno de Canarias de 19 de febrero de 1996 (BOC de 12 de abril).

La historia de Artenara se remonta a la época prehispánica. En el municipio la población aboriguen se localiza en los lugares de Acusa, Artenara, Tirma y Risco Caído (Artevigua). Tras la conquista de Gran Canaria en 1478, los nuevos colonizadores, castellanos y portugueses, se asientan en el lugar, continuando con las antiguas labores de pastoreo y desarrollan tareas agrícolas basadas en el cultivo del cereal.

La presencia eclesiástica en la zona de Artenara se remonta al primer tercio del siglo XVII, y las acciones evangelizadoras se llevan a cabo por parte del Beneficio de Santiago y el Convento franciscano de San Antonio de Gáldar. En 1629 se construye la primera ermita llamada con posterioridad de San Matías, en Artenara, y en 1669 la de Candelaria, en Acusa. En 1742, la pequeña iglesia de Artenara se convierte en ayuda de parroquia siendo elevada a rango de Parroquia casi un siglo más tarde. La feligresía pasa por penurias económicas.

A finales del siglo XIX la primitiva ermita es sustituida por un nuevo templo, y las torres y el decorado del interior se realizan a mediados del siglo XX. Durante los siglos XVII y XVIII se mantiene en Artenara una reducida población con un ligero crecimiento progresivo. En 1974 nace Artenara como municipio independiente y a partir de 1935 se consolida el Ayuntamiento  y la Parroquia.

 

 

 

 

 

 

El siglo XIX se caracteriza por un fuerte retroceso económico debido a los largos períodos de sequías y hambrunas, por lo que la población se ve obligada a emigrar. El éxodo rural se acentúa durante el siglo XX siendo notable en la decada de 1960 debido a la crisis agraria, por lo que las tierras son adquiridas por el Cabildo dedicándose a la repoblación forestal y la población emigra a las zonas costeras de la isla, a consecuencia de la actividad turística de esas zonas. En la última década del siglo XX surge la propuesta de la creación de Reserva de la Biosfera de la Naturaleza.

En la década inicial del siglo XXI, el municipio atraviesa una etapa de transición en la que adquiere relevancia la sociedad forestal co el cuidado de los montes, el adecentamiento de espacios de interés paisajístico, el desarrollo de los sercicios para el ocio a través de rutas y senderos, así como el fomento de alojamientos rurales (Casas Rurales  y Viviendas Vacacionales).

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